En un futuro ideal de las escuelas, el aprendizaje se adapta a cada aprendiz. Cada estudiante recibe exactamente lo que necesita en el momento preciso para alcanzar el éxito. Y es que no tienen que estar todos los alumnos sentados, aprendiendo lo mismo en el mismo día, simplemente porque nacieron en el mismo año. Deberían tener lo que necesitan cuándo lo necesitan. Esto es la verdadera personalización. Y es lo que trabajamos en Noobe
Al igual que hoy en día se pueden crear playlists de música, personalizar la educación es permitir que los alumnos creen su propias playlists de aprendizajes, alineadas con sus intereses, inquietudes, realidades y aspiraciones. Personalizar la educación es admitir y aceptar que el ecosistema de aprendizaje – en su totalidad – permite muchas combinaciones correctas de recursos, apoyos y experiencias para que cada aprendiz tenga exactamente lo que necesita en cada momento.
En un futuro ideal, el aprendizaje fluye en torno a los estudiantes, de manera que son los individuos y no las instituciones los que propulsan el aprendizaje, y los adultos acompañan a los aprendices como guías y facilitadores, no guardianes ni supervisores de líneas de producción. Apoyan a cada alumno y descubren con ellos qué les motiva y qué les emociona, y caminan con ellos persiguiendo esos interesas de maneras relevantes y auténticas.
Para ello, necesitamos un cambio de paradigma, dejando atrás la mentalidad industrial que impulsa mucha de la educación hoy en día y persiguiendo, en vez, una perspectiva más ecológica, con unos principios de diseño que guían el aprendizaje, pero permiten la adaptación, el fluir y la constante evolución y resiliencia del ecosistema de aprendizaje en su totalidad.
La personalización es, precisamente, brindar al alumno el itinerario que mejor se adapte a él/ella, dejándole elegir en la medida de posible entre estas diferentes opciones y propuestas de recorrido qué itinerario quiere recorrer, dejar que sea él el qué confeccione su playlist para satisfacer sus intereses y necesidades. Evidentemente habrá tareas que obligatoriamente tienen que hacer, aquellas que garantizan unos contenidos mínimos o aprendizajes esenciales. Pero démosles la oportunidad de optar entre varias opciones para ajustarse a sus intereses o incluso hacer voluntariamente actividades que les llamen poderosamente la atención y permitan, a aquellos que encuentren la motivación para ello, ir más allá de lo mínimo. Seguro, seguro que muchos nos sorprenderán. La clave está en buscar y encontrar para cada alumno esa combinación perfecta de desafío y habilidades que le permite fluir hacia un aprendizaje significativo para él o ella.
La puerta de entrada a esta personalización tiene que pasar por la tecnología. Será la tecnología la que facilite este cambio, ya que el ecosistema de aprendizaje es cada vez más complejo y variado. Gracias a la tecnología se puede implementar modalidades de blended learning, MOOCs y flipped classroom, así como emplear herramientas digitales que customizan itinerarios de aprendizaje a objetivos de aprendizaje específicos. Existe Noobe que es una plataforma digital adaptativa que personalizan su oferta en función del desempeño del alumno o que facilitan la gestión digital de la personalización de itinerario de aprendizaje (Noobe), permitiendo, promoviendo y facilitando que ese futuro con el que soñamos pued ser una realidad hoy mismo.
Hagamos nuestra la cita de la poeta argentina Alejandra Pizarnik “Qué belleza guardan aquellos que no encuentran su lugar fácilmente entre tanta gente. Tal y como está el mundo, es un privilegio no encajar.” Ayudemos a los alumnos a encontrar su sitio y buscar la manera de sacar lo mejor de ellos.